A la ville de…. Rio de Janeiro. Madrid 2016 se quedó a las puertas

La presentación de Madrid 2016 fue una de las mejores, de las más emotivas y elaboradas. Pasamos la primera vuelta de votaciones con la sorpresa de la eliminación de Chicago. La siguiente fue Tokio y ahí estábamos, en la final finalísima, pero no se por qué algo en mi interior me decía que no sería Madrid. En el fondo la esperanza nunca se pierde y piensas ¿por qué no? Sí, puede ser. Ese latido nunca se pierde, nunca, ni aunque tu equipo vaya perdiendo por 5 -0 en el tiempo de descuento, pero la razón se alzó sobre la «corazonada» y sinceramente pensé: no, esta vez tampoco. Cuando Jacques Rogge dijo Rio de Janeiro escaparon por mi garganta las palabras «lo sabía», pero en realidad no quería creerlo.

Caras de incredulidad en la delegación española, lágrima y abrazos. «A veces la mejor preparada no es la vencedora», decían algunos «es injusto, pero hay que saber perder» decían otros, palabras de autoconsuelo por un proyecto que de nuevo se quedaba en el camino, pero ¿y si hubiésemos esperado a la siguiente convocatoria? Soy de las que piensan que Madrid 2016 no era el momento, que deberíamos haber esperado a 2020. La cercanía en el tiempo de Londres nos ha perjudicado y la presencia de Rio de Janeiro en la final puso la puntilla. En fin, ahora toca pensar en la próxima candidatura, que aunque se hagan los remolones sabemos que la habrá, que Madrid seguirá en la puja y antes o después lo conseguiremos, aunque en vez de ir yo misma de voluntaria lo hagan mis hijos. Tranquilo Gallardón, aunque lo vea desde el sofá de casa con la pensión de jubilación en su cuenta a fin de mes, Madrid tendrá sus olimpiadas.

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